viernes, 21 de noviembre de 2008

El rostro humano de Dios

EL ROSTRO HUMANO DE DIOS

El pasado 5 de octubre se desarrolló la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Fue el Vigésimo Segundo Sínodo de los Obispos, tras el Concilio Vaticano II. La Asamblea Sinodal se prolongó durante tres semanas. Su clausura tuvo lugar también con una Eucaristía, esta vez en la Basílica Vaticana

Qué es un Sínodo de Obispos

Es una Institución Eclesiástica tras el Concilio Vaticano II para favorecer la unión y la colaboración de los obispos de todo el mundo con Sede Apostólica, mediante un estudio común de las condiciones de la Iglesia y las soluciones. Para el mexicano Miguel Ángel Villegas Serrano, misionero comboniano y director de la revista “Misión sin Fronteras”, No es un concilio, tampoco un parlamento, sino que un sínodo tiene su propia y particular naturaleza como lo conceptualizó en una definición precisa y esplendida el mismo Pablo VI.

Hay cuatro tipos de sínodos de obispos: general ordinario, general extraordinario, particular y especial. Desde 1967 se han celebrado veintiuna Asambleas Sinodales Episcopales.

La celebrada el pasado mes de octubre, sobre La Palabra de Dios, ha sido la vigésima segunda, la duodécima general ordinaria y la segunda del actual papa Benedicto XVI.

Este año, también, estuvo como visitante en nuestro continente Sudamericano, Benedicto XVI, en Brasil, en una ciudad con mucho fervor religioso y procesadores de la fe católica, Aparecida, para analizar precisamente, la visita y el discurso que el jefe de la Iglesia católica disertó en tierras brasileras, La Conferencia Episcopal Peruana, realizó en Lima, la X Semana Social Nacional, el evento no fue con la participación de obispos de todo el mundo, pero si, con los obispos, pastores de la religión católica en Perú.

El evento se desarrolló entre los días 11 y 14 de noviembre y en él participó el Monseñor Daniel Turley, como panelista del tema “Jesucristo: rostro humano de Dios y rostro divino del hombre” que tuvo como ponente al Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, Arzobispo de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana. Quizá no me hubiera enterado de la participación de Daniel Turley, sino acudía el mismo día 11 de noviembre por la mañana, hasta Miraflores, en las oficinas del misionero Miguel Villegas Serrano, para encontrarme con mi amiga y periodista Yovany Quintana Vera, para quien después, el Monseñor Turley concediera una entrevista televisada para el canal de televisión virtual donde labora (www.enlacenacional.com.pe). Fue el padre Villegas el que me cursó la invitación para poder asistir a la jornada y no me atrevería escribir sin haber escuchado al jefe de la Iglesia católica en nuestro país, Luis Cipriani, en su turno como responsable de su inauguración.

Más allá del tema específico apuntado en programación, Cipriani advirtió su preocupación por la falta de sacerdotes en la Iglesia católica y, sin duda que sus palabras denotaban un sentimiento de responsabilidad entre los integrantes de la Conferencia Episcopal Peruana y no es lo menos para un Icono Jefatural de Obispos en Perú. A pesar de las disculpas públicas del papa Benedicto XVI en los EE.UU por los despropósitos de malos sacerdotes por romper su juramento y entrega de votos, para abrir paso a una degeneración personal, reprobada por la mayoría de fieles de sus iglesias, es notorio y tampoco lo es en secreto que cada vez la Iglesia está perdiendo fieles y no sólo eso, sino que están pasando a otras orientaciones religiosas.

Debe ser, no solo preocupante para los jefes de las iglesias católicas tener que aceptar la deficiencia de captar fieles entre las comunidades. Es resaltante que la Iglesia ya no recepciona seguidores por la vocación espiritual y ejemplos de vocación, sino más bien por caridades y necesidades sociales.

Mientras Benedicto XVI pregonaba en Aparecida, ciudad brasilera, recordando el tema tratado en su presencia: Discípulos y Misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en él tengan vida”, la Iglesia tiene la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del pueblo de Dios, y recordar en las Eucaristías también para sus fieles que, en virtud de su bautismo, están llamados a ser discípulos y misioneros de Jesucristo.

Mientras esto ocurría con la presencia de Benedicto en Brasil, en Ámsterdam, Holanda, 147 iglesias de 44 países se reunieron en la Primera Asamblea Constitutiva. La voluntad de los cristianos no era promover más sacerdotes sino más bien mantener vínculos de unión que contrastan fuertemente con la experiencia reciente de la segunda guerra mundial.

La respuesta de la Iglesia católica al movimiento ecuménico tardo en llegar. En sus 60 años de vida, el Consejo Mundial de las Iglesias (CMI) cuenta con la participación de 349 iglesias en 120 países y territorios, y representa a unos 560 millones de cristianos. Las iglesias que lo conforman viven en condiciones sociales, económicas, culturales y políticas muy variadas. Practican diversas formas de culto y mantienen diferentes formas de organización, los miembros procesen de Iglesias ortodoxas de Europa Oriental, protestantes del centro de Europa, antiguas Iglesias orientales (Etíope, Copta, Aremenía, Siríaca y Asírica) y “viejos católicos”. La Iglesia católica no está afiliada, pero mantiene una relación de trabajo regular solamentemente con el Consejo, esto lo informa la revista “Misión sin Fronteras” en su última edición Nº 285 de noviembre – diciembre del 2008

El Monseñor Daniel Turley expresó su preocupación, coincidiendo con el panelista, pero subrayó la necesidad de brindar a los jóvenes, la oportunidad para salir no solo del analfabetismo convencional sino del ofimática y dejar de ser ignorante informático, su prédica ejemplar se sustenta en las clases de computación que se imparten en Betania, bajo las enseñanzas del docente Francisco Castillo López

En lo profundo de la preocupación del Cardenal, es preciso mencionar además, que los rostros sufrientes de los pobres son rostros sufrientes de Cristo. Ellos interpelan el núcleo del obrar de la Iglesia. Todo lo que tenga que ver con Cristo, tiene que ver con los pobres y todo lo relacionado con los pobres reclaman a Jesucristo.

Existen muchos misioneros de voluntad y vocación, pero también existen aquellos que aprovecharon su cercanía con la Iglesia para sacar provechos personales, encontrar una oportunidad de solucionar sus problemas laborales y sociales, convertirse en profesionales y de poco se han olvidado del rostro de Cristo y de su llamado para profundizar su mirada de rostros humanos, hacía la gente necesitada e intentar buscar un espacio para acogerla de manera sincera, con una ayuda real para las ávidas personas que esperan un acercamiento para sentirse bien consigo mismas, con un deseo misericordioso de recibir una atención con modales urbanos, respeto por sus derechos, atención a sus necesidades primordiales y no más.

Existen aquellos misioneros que sin ser parte de la Iglesia como activos fieles en la comunión, igual, recurren, como aquellos que se han aprovechado de la Iglesia, para pedir adeptos políticos y pagan el favor con indiferencia y olvido luego que sacaron provecho personal a costa de la pobre gente necesitada, pero llena de esperanzas.

Se acerca la navidad y es segura la participación de cientos de “misioneros” que llegarán hasta los lugares más apartados de nuestro territorio jurisdiccional de Chulucanas, para llevar leche, chocolates, juguetes y panetones, intentando bailar con una misma sintonía social, pero que los diferencia mucho de aquellos que acuden con su conciencia llena de voluntades, para regalar una sonrisa sincera a los niños que son los más entusiastas por recibir toda clase de elementos que les permitan recibir una alegría navideña. Dios quiera que los más cercanos a los niños en estas fiestas de natividad, se acuerden que en su rostro humano debe asomar el de Cristo, para poder suplantar de manera social, la presencia de misioneros convertidos en sacerdotes que están ausentes en la Iglesia católica. Y de acuerdo con lo expresado por el Monseñor Daniel, convivir como los padres De Víctor, un personaje mencionado en su alocución que, “murió teniendo cerca y en todo momento a sus padres, recibiendo un aliento a pesar de verse postrado, pero aliviando su dolor con un acercamiento sincero y, observando que el rostro de Cristo está también en los rostros humanos de buenas voluntades.





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