Hubo un tiempo en que en el Perú había más personas honestas que corruptas. Esto hacia de él un país prometedor. No podemos decir que antes no existían malos peruanos. Está demostrado que siempre existieron. Lo que sucede es que ahora hay que buscar a los honestos con lupa. Los pocos que quedan están escondidos, tienen que sobrevivir en el anonimato.
¿Cuántos miles de jóvenes entraron con las mejores intenciones a los institutos armados, queriendo honestamente defender al Perú, y entregar si era necesaria su vida por el País? Cientos de ellos fueron relegados en el escalafón como causa por sus ideas honestas o por no prestarse a cuartelazos dirigidos por soldados ambiciosos y ególatras. Sus carreras militares se truncaron mientras veían enriquecerse a sus deshonestos compañeros de armas. Yo puedo dar de fe de oficiales, generales, almirantes con jefaturas en sus instituciones que nunca han robado un céntimo. Son muy pocos, lo sé. Dejaron amargados la carrera a que tanto amaron.
¿Cuántos hombres y mujeres han vendido lo que tenían y se han endeudado hasta con sus orejas, ayudando en campañas electorales lamentables, cuyo objetivo estaba alejado de la línea originalmente trazada por líderes sin escrúpulos?
¿Cuántos miles de hombres y mujeres se unieron a los gobiernos, aceptando puestos ministeriales o concejalías de modestas municipalidades como la nuestra y después han salido por las patas de los caballos, arrastrados por la rapiña e incompetencia de los gobiernos? No sólo perdieron tiempo y dinero, muchos de ellos perdieron la reputación.
Cuántas veces se ha perdido la esperanza y, cómo cada vez, cada elección, cada promesa electoral, ha despertado nuevamente expectativas optimistas? Llevados por este entusiasmo, muchísimos peruanos han contribuido con dinero, trabajo y sacrificio para elegir inautoridad que en días y meses de estar sentada en el sillón se ha burlado de todas las promesas.
Todos los voluntarios cívicos de mi Patria se han convertido en las principales victimas de la gran pira funeraria.
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LA HISTORIA PROVINCIAL
La Provincia de Morropón con su capital Chulucanas, fue cimentado el 27 de junio de 1937, mediante ley Nº. 8174, rubricada por el entonces presidente de República el General Oscar R. Benavides, teniendo como Alcalde a don Donatilo Arellano Gómez y como jefe de la ORM. Al Capitán EP. Carlos Puente Velezmoro.Esta ley establece que el 31 de Enero de 1936 fue el nacimiento de la Provincia de Morropón con su capital Chulucanas, sin embrago su inauguración tuvo lugar el día 27 de junio de 1937, quedando instalada la referida provincia conformada por diez distritos : Santo Domingo, Paltashaco, Yamango, Chalaco, Salitral, San Juan de Bigote, Buenos Aires, Morropón y Chulucanas.Datos Históricos: La historia data del año 1884, según archivos y documentos Chulucanas era la capital del distrito de Yapatera, que desde el año 1839 se convirtió en pueblo, mas figuraba Yapatera que chulucanas, el pueblo estaba enclavado en la hacienda Yapatera, antes de la creación de esta provincia se origino un amplio debate por la asignación, pues Yapatera y Morropón estuvieron a punto de arrebatar el derecho a Chulucanas motivando que sus habitantes se reunieran y lucharan por conseguir el propósito de ser provincia. Todo comenzó un 22 de febrero de 1935, cuando los parlamentos por Piura, Prieto, Portocarrero y Artadi, plantearon un proyecto para crear la provincia de Yapatera, los chulucanenses se alarmaron y en un mitin se respalda la iniciativa de los parlamentos, pero se sugirió el cambio del nombre de Provincia de Chulucanas en lugar de Yapatera, poniendo como argumento que Yapatera era unahacienda, en cambio Chulucanas era un pueblo con mas comercio, mayor población y por estar mas cercano a Piura. Por otro lado los Morropanos también pedían la creación de la nueva provincia que lleve su nombre con su capital el mismo distrito, lo cual fue refutado por la población que insistió y dio sus razones para que Chulucanas sea el nuevo distrito. Todo termino cuando el 31 de enero de 1936, se puso el cúmplase a la ley 8174 que creaba la Provincia de Morropón, con su capital Chulucanas.
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